Al igual que muchos proveedores sanitarios, Doctors Community Medical Center (DCMC) confía en los talonarios de recetas para garantizar que sus pacientes reciben la atención y la medicación adecuadas durante su estancia y tras el alta. Sin embargo, el uso de talonarios de recetas supone un aumento de los costes y un importante riesgo para la seguridad del hospital.
En el DCMC, Keith Mitchell, especialista en soporte web, se dio cuenta del riesgo de fraude, robo y pérdida que suponía el uso de talonarios de recetas. Mantener los talonarios a buen recaudo era una preocupación clave, sobre todo en urgencias, y no había una forma eficaz de hacer un seguimiento de ellos. Los talonarios de recetas se han encontrado en mesas y mostradores, asomando por la bata de laboratorio de un médico que cuelga del respaldo de una silla y, a veces, olvidados en la habitación de un paciente. Una persona no autorizada podría llevarse fácilmente un talonario de recetas sin que el hospital se diera cuenta.
Las recetas escritas en talonarios también plantean otros problemas. A veces, las recetas escritas a mano son ilegibles debido a que la letra de los médicos no es perfecta. Además, los defraudadores pueden alterar fácilmente una receta para que tenga siete o nueve repeticiones en lugar de una sola. Las recetas ilegibles pueden tener consecuencias fatales: según un informe de julio de 2006 del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias (IOM), hasta 7.000 personas mueren cada año por culpa de recetas difíciles de leer.
Los talonarios de recetas llevan la información del hospital en la parte superior, por lo que cada vez que estos talonarios son robados o utilizados de forma fraudulenta, una investigación va a conducir directamente al hospital. Esto hace que la institución sea responsable de multas, sentencias judiciales, suspensión/revocación de licencias, aumento de los costes del seguro y una reputación empañada.
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